La mochila de Cristina

Bendita inspiración, que llegas como una brisa de aire dentro del bosque, sin hacer ruido, sin avisar… Entras en mi cabeza cargada de frases, palabras o alguna imagen que debo interpretar. Revoloteas incansable por mi interior, impidiendo que pueda pensar en otra cosa. Llegas en un mal momento: no tengo lápiz ni libreta, ¿cómo voy a anotarte? Deseo que perdures hasta llegar a casa y así no perderte, pero tú, tan bonita y traicionera a la vez, desapareces del mismo modo en el que has venido. Dejándome la mente vacía, recordando solo que lo que me contaste era maravilloso, pero que ya no volveré a recordar.

Hace un año asistí a la conferencia del gran Víctor Küppers. Hoy todavía resuena en mi cabeza una de las frases que más me marcó: “Dile a la gente que amas, que la amas.” Díselo, sí. Claro que hay que decirlo, porque a todos nos gusta escucharlo. Pero, sobre todo, demuéstralo: un gesto vale más que mil palabras. Un abrazo sin ser pedido, un café servido con cariño, unas palabras amables, una mirada que te demuestra que te entiende, un “gracias” o un mensaje sin motivo… Son pequeños gestos que reflejan el verdadero significado de las palabras TE AMO. ❤️